AUTO-EMBELLECERNOS LA CARA Y EL CUELLO

Hay cosas que no se pueden esconder... esas dos arrugas chivatas en el entrecejo me hablan de preocupaciones o frustraciones, o aquellas marcas amargas que luego de "aquello" quedaron en las comisuras de tus labios, y esas arruguitas que se te están instalando de tanto fruncir los labios cuando las cosas no son como tú quieres que sean. También las hay por ¿el sol? ¿Y esa mandíbula tensa, doliente y apretada? ¿Qué palabras o agresiones estás tratando de refrenar? Y esa mirada...

Podrías pasar tus dedos muy suavemente por la frente, estirar con dulzura el entrecejo, alisar el rictus de los labios... Esto te hará volver a sentir los mismos sentimientos, pero podrías hacerte el regalo de despedirlos, olvidarlos, "aquello" ya pasó. Podrías darte una nueva oportunidad, embellecerte, que aquello que hagas por fuera sea el símbolo de lo que haces por dentro, quitar la máscara, reir de verdad... ¿Para qué dar tanto poder al pasado o a los agravios del exterior?

Podrías parar por un momento, respirar, apoyar una mano sobre tu frente: con esto te brindas paz. O podrías parar por un momento, respirar, apoyar una mano en la coronilla: con esto te brindas protección. O podrías parar por un momento, respirar, apoyar una mano en la nuca: con esto te das apoyo. O podrías parar por un momento, apoyar las manos a los lados de la cabeza: con esto te brindas tu propia comprensión.
Podrías brindarte paz, consuelo y serenidad.

Lady Experiencia

AUTOMASAJE EL PODER DE LAS MANOS (Ana Falk)